miércoles, 18 de febrero de 2015

Cielo de primavera en el hemisferio norte


Con el movimiento de traslación de nuestro planeta, la bóveda celeste cambia día a día apareciendo nuevas constelaciones por el este y desapareciendo por el oeste con el paso de los meses. 

Con la llegada de la primavera las temperaturas se empiezan a elevar poco a poco, favoreciendo las salidas al campo, que está verde y desprende aromas de todo tipo. No menos precioso es el cielo nocturno por lo que, y dado que la primavera está a la vuelta de la esquina, he decidido crear esta entrada para poder guiarnos por el cielo primaveral y poder observar las principales constelaciones que se ven durante esta estación en el hemisferio norte a una latitud de unos 40°.

Nuestro principal aliado en la travesía por el cielo primaveral es la Osa Mayor. Una vez localizada, rápidamente podemos encontrar Polaris y establecer el polo norte geográfico y el polo sur como comenté en anteriores entradas. 

Una vez orientados, tomaremos las dos estrellas exteriores de la cola de la Osa Mayor, Mizar (ζ UMa) y Alkaid (η UMa) y una línea curvada hacia abajo hasta encontrar una estrella muy brillante, Arturo (α Boo) perteneciente a la constelación de Boyero. Esta estrella es la tercera más brillante del cielo nocturno. En esta constelación podemos observar la galaxia espiral NGC 5248 y el cumulo globular NGC 5466. Al este de Boyero encontramos la constelación de la Corona boreal, constelación que contiene muchas estrellas variables. Los objetos que contiene esta constelación son muy tenues, siendo el más brillante de magnitud 16. 

Si prolongamos la línea curva imaginaria anterior, llegaremos a la estrella Spica (α Vir) perteneciente a la constelación de Virgo, una de las constelaciones del zodiaco. Al tratarse de una de las constelaciones más grandes del cielo, contiene muchos objetos interesantes como la galaxia elíptica M49, la más brillante del cúmulo de virgo. Otra galaxia elíptica, la M87 es una de las galaxias más grandes que se conocen. También podemos observar otras galaxias como M58, M59 y M60, y la Galaxia del sombrero M104. La mayoría de objetos visibles son galaxias pertenecientes al cúmulo de virgo, un grupo de más de 2000 galaxias. Al sureste de esta constelación encontramos la constelación de la Cabellera de Berenice. Entre las dos constelaciones hay mas de 13.000 galaxias.

Al suroeste de Spica, podemos encontrar cuatro estrellas formando una especie de cuadrado, se trata de la constelación del Cuervo o Corvus. Sus estrellas δ Crv y γCrv están alineadas con Spica. Se trata de una constelación pequeña cuyos objetos de interés son NGC 4039 y NGC 4038, dos galaxias que están interactuando entre ellas. En un futuro estas dos galaxias formarán una súper galaxia. 

Volviendo a la Osa Mayor, y esta vez tomando las dos estrellas interiores del carro, Megrez (δ UMa) y Phad (γ UMa), y prolongando la línea que las separa en la misma dirección, llegaremos a Algieba (γ Leo) que pertenece a la constelación de Leo, el león. Se trata de una de las constelaciones del zodiaco que se sitúa entre Virgo y Cáncer. Contiene estrellas muy brillantes y por tanto es fácil de reconocer. Al igual que en virgo, los objetos más interesantes de Leo son las galaxias, pues contiene una gran cantidad aunque solo son visibles con telescopios. M65 y M66 son visibles con prismáticos. Se trata de dos galaxias espirales que forman el triplete de leo junto con NGC 3628. Otras Galaxias de interés son M 105, NGC 3521, NGC 3226 y NGC 3227 ambas interactuando entre ellas y Leo I y leo II que son muy tenues. 

Prolongando la línea imaginaria nos encontraremos con Alphard (α Hya) perteneciente a la constelación de Hidra, la constelación más extensa de las 88 existentes. No hay que confundirla con Hydrus, de la que hablamos en la entrada anterior, pues los nombres son parecidos. A pesar del tamaño que tiene, sus estrellas no destacan por su brillo, siendo la Alphard (αHya) la estrella más brillante. Los objetos que podemos encontrar en esta constelación son variados. M48 por ejemplo es un cumulo globular que con buenas condiciones atmosféricas es observable a simple vista. Otros objetos interesantes son M83, una galaxia cuya tasa de formación de estrellas es superior a la de una galaxia normal, NGC3109, una galaxia irregular, parte de nuestro grupo local de galaxias, NGC 3621 que es una galaxia espiral barrada, y NGC5694, un cumulo globular muy antiguo. 

Al oeste de Leo encontramos la constelación de Cáncer, otra constelación del zodiaco. Tiene un brillo muy débil por lo que es difícil de localizar. Su estrella más brillante tiene una magnitud de 3,99. El objeto más famoso probablemente de esta constelación es M44. Se trata de un cúmulo abierto que había sido observado ya por el 260 A.C. y por galileo posteriormente, siendo este capaz de distinguir estrellas individuales. Otros objetos a destacar son M67, un cumulo abierto, y NGC 2775, una galaxia espiral. 

Volviendo a nuestra llave del cielo, la Osa Mayor, esta vez vamos a proyectar una línea desde Megrez (δ UMa) y Merak (β UMa), llegando a Cástor (α Gem), la segunda estrella más brillante de la constelación de Gémini. Se trata de otra constelación del zodiaco cuya estrella más brillante es Pólux (β Gem). Entre los objetos que podemos destacar encontramos M35, un cumulo abierto observable con prismáticos. Cerca de él encontramos NGC 2158, más antiguo. En cuanto a nebulosas podemos encontrar la nebulosa esquimal o NGC 2392 o la gran nebulosa planetaria NGC 2371.
  
Para localizar a nuestra última constelación vamos a tomar las estrellas superiores del carro de la Osa Mayor, Megrez (δ UMa) y Dubhe (αUMa) y prolongando la línea que las une llegaremos a una estrella brillante llamada Capella (αAur), que pertenece a la constelación de Cochero. En invierno esta constelación se puede localizar de forma más fácil a partir de la de Orión, pues está encima. Cochero tiene forma de pentágono y su estrella más brillante es Capella (αAur). Los objetos destacables de la constelación son M36, M37, M38 y NGC 1664 siendo todos cúmulos abiertos y una nebulosa planetaria, IC 2149. 

Espero que mi entrada haya animado a todo aquel que la haya leído a salir al campo a observar lo maravillosa que es la naturaleza y en especial en este caso el cielo, y lo importante que es cuidar de ellos para que nuestro hijos puedan disfrutarlos también.

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